sábado, 2 de octubre de 2010

El equilibrio entre lo femenino y lo masculino

El otro día hablaba con Jesús sobre la feminidad y la masculinidad y no estaba nada de acuerdo conmigo en que estemos viviendo una era de masculinidad y vayamos a entrar en una femenina. Para él lo que hay es un desquilibrio. Pero claro... un desequilibrio que favorece todo lo relacionado con el hombre. Para empezar por el calendario solar, a pesar de que nestro cuerpo se adapta mejor al lunar, y que es una clara representación del hombre. Para seguir con las características que imperan en esta sociedad: la agresividad, la competitividad -nos guste o no, hablando en términos evolutivos, estas son cualidades masculinas-. Y para continuar con el mutilamiento de la propia personalidad femenina que se puede ver en la educación, los patrones de comportamiento exigidos, el limitado acceso a puestos de responsabilidad, etc,etc. El problema viene cuando sólo asociamos la masculinidad a una etapa negativa, porque supone aceptar que lo masculino es malo... y no se puede caer en eso.

Aquí podéis ver un capítulo de Redes, "La batalla de los sexos", donde se explican algunas de estas diferencias ente sexos desde un puno de vista evolutivo:


Pero ¿es lo mismo hablar de la evolución del hombre a nivel físico que a nivel místico? Creo que estamos, en el mejor de los casos, mezclando dos tipos de conceptos que no son equiparables. Y digo en el mejor de los casos porque en el tipo de socedad en la que vivimos lo que menos se promueve es la reflexión y la conexión con el yo interno. Hemos olvidado lo que es la feminidad y la masculinidad. Sinceramente, no puedo decir lo que creo que es sin asociar cualquier definición a mi herencia cultural.

Me niego a creer que la base de la masculinidad sea la agresividad y amar a los objetos, y que todo lo que defina a las mujeres sea el buscar el contacto con otras personas y la belleza. Hace unos meses tuve la oportunidad de iniciarme en una reflexión de este tipo con un grupo de mujeres en el que una de ellas, una guía, nos explicó los cuatro arquetipos básicos de la feminidad según la cultura celta, una sociedad en la que las mujeres estaban muy bien consideradas y alcanzaban altas posiciones. Estos cuatro arquetipos -la guerrera, la sabia, la amante y la nutridora- cada una de nosotras los puede experimentar en positivo o en negativo (por un exceso o falta de atención en ellos). Fue muy interesante poder vivir esa experiencia, ver como para algunas no significó nada y para otras fue la apertura de una puerta, y fue aun más interesante ver cómo cambió la relación entre nosostras desde ese momento, siendo más compañeras, más blandas las unas con las otras, cooperando entre nosotras y estand mucho más relajadas.

Tradiciones hay muchas. Por suerte, hay algunas ramas de la psicología que están prestando más atención a todo esto. Aquí podréis encontrar la defnición de hasta 10 arquetipos celtas. También, como por casualidad, alguien me habló de un libro que puede arrojar algo de luz sobre lo que es la feminidad, "Mujeres que corren con lobos", de Clarissa Pinkola.

No estaría de más que los hombres se reunieran también y buscasen respuestas que definan su masculinidad. De todas maneras, a nivel neurológico podemos seguir aprendiendo cómo funciona el cerebro masculino en el próximo capítulo de Redes.

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